Antonio Rodríguez

Pa Lucir El Palmito

Tejedor de cestas

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El maestro del palmito

Antonio es tejedor, docente e investigador del palmito.
Utiliza este material natural para crear objetos utilitarios y obras de arte.
Sus piezas únicas le han valido premios nacionales e internacionales.

Antonio Rodríguez domina todo tipo de técnicas de tejido para crear objetos utilitarios y artísticos a partir del palmito, también conocido como palmito mediterráneo o palmito europeo. En la actualidad, se dedica a la elaboración de pequeñas piezas como joyas, animales tridimensionales y complementos. Antonio aprendió el oficio de su abuelo, de otros cesteros y, sobre todo, de sus errores fruto de su constante experimentación con el material. Trabajar con esta planta natural tan tradicional era para él tan solo una afición hasta que a finales de 2003 su situación profesional cambió y su pareja, Mari, le animó a convertir su afición en su profesión. Fue entonces cuando Antonio montó su taller, Pa Lucir el Palmito. Su forma de trabajar el oficio siempre ha sido la de perfeccionar continuamente sus técnicas, ampliar sus conocimientos, perfeccionar sus acabados y aportar una nueva contemporaneidad a los diseños basados en la palma.

Entrevistas

¿Aprendiste de un maestro artesano?
Empecé a trabajar la palma con mi abuelo, Domingo Rodríguez, a quien llaman El Bornicho. Él me enseñó todo lo que necesitaba saber, desde la recolección, el secado y la preparación de la palma hasta el trabajo de la empleita, una técnica tradicional española de tejido. Juntos confeccionamos piezas para nuestro pueblo.
¿Por qué elegiste esta profesión?
En el pueblo donde vivo y en la provincia de Cádiz, el oficio del palmito nunca se consideró como una profesión independiente sino como un oficio complementario al trabajo del campo. La gente fabricaba sus cestos y escobas para uso personal o para trueque. Creo que el palmito me eligió a mí.
¿Cómo expresas la tradición y la innovación en tu trabajo?
Transmito tradición a través de los materiales y técnicas que empleo. Expreso innovación experimentando con formas, mezclando técnicas, cambiando algunas puntadas y aplicando nuevos acabados. En definitiva, dejándome llevar.
¿Puedes contarnos algún momento memorable de tu vida profesional?
Cuando gané el primer premio en la categoría de cesta tradicional con una capacha meinera de Medina Sidonia, me emocioné mucho. Dediqué el premio a mi maestro, mi abuelo Domingo, y a todos los artesanos que me han transmitido sus conocimientos a lo largo de los años. Fue en el XI Certamen Internacional de Cistelleria Roser Albó (CICRA) durante la 23ª Fira Internacional del Cistell de Salt (Girona).

Antonio Rodríguez es un maestro artesano: comenzó su carrera en 2003 y comenzó a enseñar en 1987